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En su visita a Chile, San Juan Pablo II declaró esta fiesta como "verdadero tesoro del pueblo de Dios"

El pasado 8 de abril, como cada año, el domingo después de Pascua, según el folklore nacional, se celebra la Fiesta de Cuasimodo, en la que el sacerdote, acompañado por ministros de la Eucaristía, y distintos feligreses, acompañan a Cristo consagrado a la casa de los enfermos, en vehículos adornados, para que quienes no pueden asistir a la celebración de la Misa, puedan recibir la Santa Comunión.

En Valdivia se celebra desde hace 8 años en la Parroquia Buen Pastor, de Las Ánimas, donde la cofradía de Cuasimodistas “San Francisco de Asís” de El Arenal visitan a los enfermos del sector. Carlos Diogales, presidente de los cuasimodistas dijo que su motivación de participar son los enfermos.

“Es muy bonito lo que se hace por los enfermos, cómo se alegran cuando les van a dar la comunión, a nosotros participando, nos motiva a seguir en esto”, dijo Diogales, junto con invitar más gente a sumarse en esta actividad, sobre todo a jóvenes, para así enraizarlo como una tradición en Valdivia.

Por su parte, el padre Hermanus Lemrijse SCJ, párroco de la parroquia Buen Pastor de Las Ánimas dijo que esta celebración es algo propio de nuestro pueblo, expresando que “para nosotros, la Eucaristía, especialmente en este año del Congreso Eucarístico, queremos fortalecerla con la presencia de Jesús en nuestra vida, para estar seguros y crecer juntos en la fe cristiana” concluyó el sacerdote.

Esta tradición, data desde tiempos de la Colonia, donde los sacerdotes llevaban la comunión a los enfermos en carretas, el segundo domingo de Pascua.  Sin embargo, en la Patria Nueva comenzaron a aparecer numerosos bandoleros que asaltaban a los sacerdotes, por lo que se hicieron acompañar por jinetes armados.

Esta costumbre se hizo parte del folklore chileno, y se ha repetido desde ahí en adelante cada domingo después de Pascua, fiesta que se denominó Cuasimodo por las primeras palabras que se dicen en esa Misa según la celebración en latín "Quasi modo géniti infantes...", (del latín, "Así como niños recién nacidos…”), ya que los bautizos se realizaban en la Vigilia Pascual y como niños eran los recién bautizados.


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