15 años proclamando la palabra entre nosotros

El pasado 29 de julio a las 11 horas en la Catedral de Valdivia, la comunidad diocesana manifestó su cariño y cercanía con monseñor Ignacio Ducasse. Con una eucaristía en acción de gracias por los 15 años como pastor, la comunidad se reunió para pedir al Espíritu Santo le acompañe y guíe en su nueva misión como Arzobispo de Antofagasta, la cual asume el próximo 26 de agosto. 

Con una masiva participación se realizó la celebración donde la diócesis de Valdivia agradeció como comunidad el ministerio episcopal de monseñor Ignacio Ducasse que durante 15 años ejerció entre nosotros. La eucaristía se realizó en la Catedral de Valdivia y contó con la presencia de representantes de todas las comunidades diocesanas, colegios, parroquias, movimientos y pastorales. Además se hicieron presentes autoridades civiles, de las fuerzas armadas, directores de medios de comunicación regionales, entre otros.

La eucaristía fue presidida por monseñor Ignacio Ducasse, quien fue acompañado por monseñor Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago; monseñor Fernando Chomalí, Arzobispo de Concepción; monseñor Cristián Caro, Arzobispo de Puerto Montt; monseñor Juan Barros, Obispo de Osorno; monseñor Sixto Parzinger, Obispo emérito de Villarica, y monseñor Pedro Ossandón, Obispo Auxiliar de Santiago; junto a todo el clero diocesano y la comunidad presente en la celebración.

Monseñor Chomalí, como Arzobispo de Concepción, invitó a la comunidad de la diócesis de Valdivia a orar y agradecer por los 15 años de servicio episcopal que desarrollo monseñor Ducasse, recordando que “él llego aquí como obispo siendo sacerdote y, por lo tanto, él aprendió a ser obispo en Valdivia. Fueron ustedes, los sacerdotes, los diáconos, los laicos, las comunidades, quienes lo fueron formando para un corazón de pastor. Me consta que fueron 15 años muy felices para él, de mucho trabajo y celo apostólico”. De igual forma el Arzobispo de Concepción invitó a hacer oración para pedir por la nueva misión que el papa Francisco ha encomendado a monseñor Ducasse, como Arzobispo de Antofagasta, y también por quien nombre el Santo Padre como nuevo Obispo de Valdivia.

Como una hermosa celebración y homenaje catalogó el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, la eucaristía celebrada en la catedral de Valdivia, “manifiesta como el pueblo de Valdivia aprecia al que ha sido durante 15 años obispo, por toda su entrega y por toda su capacidad de ser pastor en esta ciudad tan hermosa y desafiante”. El anterior Obispo de Valdivia, y actual Arzobispo de Santiago, deseó que a monseñor Ducasse “le vaya tan bien como acá y pueda sembrar el evangelio de Jesús en medio de la gente con situaciones diferentes a las de aquí. Se encontrará con muchos migrantes especialmente del norte, de Perú, de Bolivia, de Colombia, es una ciudad que tiene muchos desafíos desde esta perspectiva y soy un convencido que su corazón de pastor tendrá un lugar para todos ellos.”

La eucaristía contó con participación de diversas comunidades diocesanas, las que se hicieron presentes en distintos momentos de la celebración, una forma de dar cuenta de una de las labores del ministerio de monseñor Ducasse en Valdivia: fomentar la unidad eclesial diocesana. De esta forma en la Oración Universal presentaron intenciones representantes de movimientos, colegios, pastorales y diversos representantes de la realidad diocesana. Junto al pan y al vino que presento una familia, las ofrendas consistieron en frutos de la tierra representado a las parroquias y comunidades del decanato San José, un cuadro de la ciudad de Valdivia representado al decanato San Antonio Abad y  la Casa de Formación San Lorenzo presento las cartas, trabajos y libros escritos por monseñor Ignacio Ducasse como Obispo de Valdivia.

El nombrado Arzobispo de Antofagasta, monseñor Ignacio Ducasse señaló sentirse “muy contento y con mucha alegría por el agradecimiento que ha tenido la gente de la comunidad entera y el sacrificio de muchos de llegar hasta la catedral a celebrar la eucaristía en acción de gracias al Señor por este servicio que se ha podido prestar con todas las limitaciones personales, pero que lo hemos hecho con mucho cariño.”Sobre el ministerio episcopal desarrollado comentó: “Yo creo que el papel fundamental de uno es ayudar a que cada persona se desarrolle plenamente y esa plenitud se logra a través del ejercicio de la libertad entendida como entrega al Señor, entendida como servicio a los demás, entendida también como la  posibilidad de un desarrollo humano integral, que es lo que san Pablo dice la plenitud de la vida cristiana, una plenitud en Cristo.”

Te alabo Padre

En su homilía, monseñor Ducasse hizo ver el agradecimiento de este pastor por las bendiciones de Dios y el camino que preparó para él, por el llamado que Dios ha hecho para él a lo largo de su vida: “Te alabo Padre por la experiencia de tu amor en mi adolescencia que se convirtió en respuesta, tu seducción en pasión, tu entusiasmo por mí en fe, la buena voluntad en servicio. Te alabo Padre por esta Iglesia de Valdivia que me engendró al ministerio episcopal y en la cual crecí como obispo sirviéndote en tantos hermanos y hermanas. Te alabo padre por su presbiterio pequeño cuñado de sacerdotes en quienes palpé y reconocí a tu iglesia en su unidad y diversidad, distinta en sus miembros y al mismo tiempo una en su fe y caridad. Te alabo Padre porque toda la vida episcopal me ha enseñado que Tú eres un misterio, que mientras más se te conoce más te nos escapas. Me ha enseñado que Tú no te mereces, te regalas. No te conquistas, te ofreces. Señor, ayúdame a vivir en tu misterio, sumérgeme profundamente en él, haz que me entregue apasionadamente y comulgue en silencio contigo”

Continuó recordando al apóstol Pablo y su actuar al dejar una comunidad como una forma de luchar contra la ansiedad que producía en sacerdotes y obispos cuando dejan a aquellos que aman. Les dejan en su vocación de servicio y disponibilidad al Reino, pero también para permitir a la comunidad madurar y crecer libremente sin dependencias, como pidió monseñor Ducasse: “Hazme redescubrir Señor que la iglesia post-apostólica nace en el momento en que el apóstol tiene la valentía de desprenderse, para que cada uno llegue a la verdadera madurez en Cristo, tu hijo. Hazme redescubrir que no hay verdadera pastoral cristiana si no se dan libertad. Si el sacerdote o el obispo cree que cuando debe pasar a otro ministerio la gente que le había sido confiada no será capaz de seguir adelante, por eso continua su apego a esas personas con una pretendida protección que no ayuda a una vivencia adulta de la fe en la comunidad. Hazme redescubrir Señor que el desprendimiento no es indiferencia, sino espíritu de fe y de auténtica paternidad sacerdotal.”

Finalmente nuestro pastor agradeció a Dios por sentir su amor a lo largo de estos 15 años en la presencia de tantas personas de todos los rincones de esta diócesis. Agradeció también la posibilidad que el Señor le dio de vivir fiel a su lema, “Proclama la Palabra”, llevando el mensaje de Dios a mujeres y hombres para que crezcan libres en la fe, pero respetando la vocación que el Señor trazó para cada uno. Monseñor Ducasse manifestó: He querido proclamar la Palabra para llegar a todos: autoridades y ciudadanos, uniformados y civiles, trabajadores y empresarios, creyentes y no creyentes, para hacerte conocido y amado, y que cada discípulo tuyo, católicos y cristianos en general, sean capaces de dar razón de su fe y esperanza a todo aquel que se la pida en el día a día de sus vidas.”

 


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