Fiesta de San Sebastián 2018: La fiesta religiosa del sur

Las comunas de Río Bueno, Paillaco y Valdivia vivirán otro año más la fiesta al santo romano que congrega a miles de personas en toda nuestra diócesis.

El 20 de enero la Iglesia Católica celebra la fiesta de San Sebastián, mártir romano. Esta es una de las fiestas religiosa más extendidas en Chile, especialmente en la zona sur, y que en nuestra diócesis se vive fervientemente en las comunas de Río Bueno, Paillaco y Valdivia con misas y peregrinaciones para honrar al santo.

En la parroquia Inmaculada Concepción, de Río Bueno

Sector Crucero, Capilla Sagrado Corazón de Jesús Sector Los Copihues, Huacamalal Sector La Aguada, Puro Chile
08:30 horas Rosario del Alba 15:00 horas Eucaristía 19:30 horas Eucaristía
09:00 horas Eucaristía    
11:00 horas Eucaritía    
14:30 horas Procesión que finaliza con Eucaristía    
     

Parroquia Nuestra Señora de Lourdes, en Paillaco

(El templo estará abierto desde las 06:00 am)

Rosario y Letanías a San Sebastían 08:00 horas
Misa y Confesiones  09:00 horas
Misa y Confesiones  11:00 horas
Misa, Bautismos y Confesiones  12:30 horas
Rosario y Letanías a San Sebastían 14:00 horas
Misa y Confesiones  15:00 horas
Procesión con la Imagen de San Sebastián por las calles de la ciudad 16:00 horas

Parroquia Nuestra Señora de Lourdes

Nuestra Señora del Carmen, en Collico Capilla del sector Calle-Calle
Misa a las 07:00 horas Misa a las 09:00 horas 
Misa a las 10:00 horas Misa a las 10:00 horas
Misa a las 12:00 horas Procesión a las 12:00 horas, concluye con Misa
Procesión a las 19:00 horas, concluye con Misa Misa a las 14:30 horas

Breve historia de San Sebastián

Sebastián, hijo de familia militar y noble, era oriundo de Narbona, pero se había educado en Milán. Llegó a ser capitán de la primera corte de la guardia pretoriana. Era respetado por todos y apreciado por el emperador, que desconocía su cualidad de cristiano. Cumplía con la disciplina militar, pero no participaba en los sacrificios idolátricos. Además, como buen cristiano, ejercitaba el apostolado entre sus compañeros, visitaba y alentaba a los cristianos encarcelados por causa de Cristo. Esta situación no podía durar mucho, y fue denunciado al emperador Maximino quien lo obligó a escoger entre ser su soldado o seguir a Jesucristo.

El santo escogió la milicia de Cristo; desairado el Emperador, lo amenazó de muerte, pero San Sebastián, convertido en soldado de Cristo por la confirmación, se mantuvo firme en su fe. Enfurecido Maximino, lo condenó a morir asaeteado: los soldados del emperador lo llevaron al estadio, lo desnudaron, lo ataron a un poste y lanzaron sobre él una lluvia de saetas, dándolo por muerto. Sin embargo, sus amigos que estaban al acecho, se acercaron, y al verlo todavía con vida, lo llevaron a casa de una noble cristiana romana, llamada Irene, que lo mantuvo escondido en su casa y le curó las heridas hasta que quedó restablecido.

Sus amigos le aconsejaron que se ausentara de Roma, pero el santo se negó rotundamente pues su corazón ardoroso del amor de Cristo, impedía que él no continuase anunciando a su Señor. Se presentó con valentía ante el Emperador, desconcertado porque lo daba por muerto, y el santo le reprochó con energía su conducta por perseguir a los cristianos. Maximino mandó que lo azotaran hasta morir, y los soldados cumplieron esta vez sin errores la misión y arrojaron su cuerpo a un lodazal. Los cristianos lo recogieron y lo enterraron en la Vía Apia, en la célebre catacumba que lleva el nombre de San Sebastián.

La veneración a San Sebastián es muy antigua; es invocado contra la peste y contra los enemigos de la religión, y además es llamado además el Apolo cristiano ya que es uno de los santos más reproducidos por el arte en general.

 


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