Papa Francisco en Temuco: “Por eso pedimos: Señor, haznos artesanos de unidad.”

Una experiencia de Iglesia, un encuentro hermoso y renovador fue el que miles de peregrinos llegados de las diócesis sureñas de Argentina y Chile pudieron compartir el pasado 17 de enero en Temuco.

Más de 2.000 peregrinos de la diócesis de Valdivia se reunieron en el aeropuerto Maquehue para celebrar junto al Papa Francisco, obispos, presbíteros y diáconos, la misa por el progreso de los pueblos. Fue una espera llena de emoción, ambiente de fiesta y ansiedad por vivir la Eucaristía en comunidad, como Iglesia del sur junto al Papa del sur.

A las 20:00 horas del martes 16, los peregrinos de la diócesis de Valdivia iniciaron su peregrinaje a Temuco, para reunirse a los cerca de 200.000 peregrinos que participaron de esta experiencia de Iglesia.

A los presentes en el aeropuerto Maquehue, se sumaron los miles de hermanos y hermanas que se reunieron en familia y en sus comunidades para unirse por televisión, radio o redes sociales a esta experiencia única, de vivir una Iglesia esperanzada, despierta y ansiosa por servir.

Desde las 00:00 horas, los peregrinos estuvieron reunidos como comunidad de Iglesia, preparando el corazón para la Eucaristía que tendría lugar a las 10:30 horas. A pesar de que a muchos les preocupaba la distancia que se debía caminar y la espera que se tendría que vivir durante la noche, el ambiente en la explanada del aeropuerto era de completa fiesta. El frío de la noche no pudo contra calor de la fiesta que Vivian los peregrinos acompañados por grupos como Fuerza Mercedaria, Flaco Pablo, Luis Cáceres, Araucanta y el coro del Colegio Emprender de Temuco al que se sumaron hermosos momentos de oración, como el rosario del alba.

Tras compartir el amanecer, que amenazaba con un día nublado, la ansiedad de todos los peregrinos se sentía en el ambiente. Finalmente cuando los animadores señalaron la llegada del Papa Francisco, los cerca de 200.000 peregrinos no pudieron contener su alegría, levantando banderas, pompones y pañuelos. 

Al sonar de “Mi Paz les doy”, del cantante Américo, y de “Francisco amigo”, de Cristián O´Ryan, el Papa fue recorriendo todo el lugar en su Papamóvil y saludando a los contentos peregrinos.

La Eucaristía se realizó con normalidad y se vivió con una gran intensidad, siendo los peregrinos participantes activos junto al Papa, los obispos, presbíteros y diáconos de esta hermosa experiencia. Otros momentos de mucha intensidad fueron la rogativa que realizaron representantes del pueblo mapuche y el momento del ofertorio en que representantes del pueblo mapuche, migrantes, familias, campesinos y religiosas se hicieron presentes.

Artesanos de la Unidad

En su homilía, el Papa Francisco nos exhortó a ser artesanos de la unidad. Cada una de sus palabras quiso ser signo de unidad y de paz. Pero la paz y la unidad de la que nos habló el Papa, es la de Cristo, la que se sostiene en la justicia y la preocupación por nuestros hermanos y hermanas. A continuación dejamos algunos fragmentos de su homilía:

“Esta tierra, si la miramos con ojos de turistas, nos dejará extasiados, pero luego seguiremos nuestro rumbo sin más; pero si nos acercamos a su suelo, lo escucharemos cantar: «Arauco tiene una pena que no la puedo callar, son injusticias de siglos que todos ven aplicar». En este contexto de acción de gracias por esta tierra y por su gente, pero también de pena y dolor, celebramos la Eucaristía. Y lo hacemos en este aeródromo de Maquehue, en el cual tuvieron lugar graves violaciones de derechos humanos. Esta celebración la ofrecemos por todos los que sufrieron y murieron, y por los que cada día llevan sobre sus espaldas el peso de tantas injusticias.” 

“Una de las principales tentaciones a enfrentar es confundir unidad con uniformidad. Jesús no le pide a su Padre que todos sean iguales, idénticos; ya que la unidad no nace ni nacerá de neutralizar o silenciar las diferencias. La unidad no es un simulacro ni de integración forzada ni de marginación armonizadora.”

“Necesitamos de la riqueza que cada pueblo tenga para aportar, y dejar de lado la lógica de creer que existen culturas superiores o inferiores.” 

“En primer lugar, debemos estar atentos a la elaboración de «bellos» acuerdos que nunca llegan a concretarse. Bonitas palabras, planes acabados, sí —y necesarios—, pero que al no volverse concretos terminan «borrando con el codo, lo escrito con la mano». Esto también es violencia, porque frustra la esperanza.” 

“La violencia llama a la violencia, la destrucción aumenta la fractura y separación. La violencia termina volviendo mentirosa la causa más justa. Por eso decimos «no a la violencia que destruye», en ninguna de sus dos formas.”

“Por eso decimos con fuerza: Señor, haznos artesanos de unidad. Todos nosotros que, en cierta medida, somos pueblo de la tierra (Gn 2,7) estamos llamados al Buen vivir (Küme Mongen) como nos los recuerda la sabiduría ancestral del pueblo Mapuche. ¡Cuánto camino a recorrer, cuánto camino para aprender! Küme Mongen, un anhelo hondo que brota no sólo de nuestros corazones, sino que resuena como un grito, como un canto en toda la creación. Por eso, hermanos, por los hijos de esta tierra, por los hijos de sus hijos digamos con Jesús al Padre: que también nosotros seamos uno; haznos artesanos de unidad.”


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