Encuentro Diocesano de Ministros Extraordinario de la Comunión

En las vísperas de Corpus Christi ministros de la comunión de toda la diócesis se reunieron para formarse y renovar su compromiso con la vocación al que el Señor les convocó.

El pasado sábado 22 de junio en el Instituto Inmaculada Concepción de Valdivia, más de 80 ministros extraordinarios de la comunión (MEC) de toda la diócesis de Valdivia se reunieron para compartir juntos en las vísperas de la Solemnidad de Corpus Christi. Este tradicional encuentro les reunió en torno la Adoración Eucarística, la formación y el compartir su experiencia prestando este servicio a sus comunidades.

La jornada fue coordinada por Franco Espejo y Marisol Parma, ambos MEC. Al iniciar, la hermana Ana María Salinas, quien por varios años acompaño a quienes viven este servicio, dio unas palabras de despedida y gratitud ya que actualmente por sus funciones como directora del Área Pastoral Social Caritas ha tenido que dejar de acompañarles. La religiosa perteneciente a los Misioneros y Misioneras Identes, expreso todo lo vivido acompañando a los MIC durante estos años en que también participo de su formación.

A continuación, la señora Nelly Muñoz ministra extraordinaria de la comunión y ex funcionaria del Hospital Base Valdivia, compartió su experiencia acompañando personas en dicho recinto hospitalario. “Me duele cuando un paciente se va y no recibe la unción, o no alcanzo a llevarle la comunión”, manifestó en su testimonio, centrando sus palabras en la necesidad de más personas que quieran dedicar su tiempo y su vida a estar junto a quienes más sufren en el dolor y la enfermedad. Con sus 80 años, esta mujer continúa sirviendo junto a otras personas de la Pastoral Hospitalaria, en el acompañamiento espiritual y llevando la comunión a quienes lo solicitan. Esta historia de vida, como muchas otras presentes en nuestras comunidades, hablan de la pasión y el espíritu misionero con que tantos hermanos y hermanas viven al ser extensión de la Comunión y herramienta para llevar la presencia de Cristo a quienes más lo necesitan.

La mañana continuó con una sorpresiva visita del Administrador Apostólico de Valdivia, padre Gonzalo Espina, quien no quiso estar ausente de este encuentro y agradecer a todos quienes viven esta vocación de servicio, ya sea asistiendo en lo litúrgico y en la visita a los enfermos. Al respecto, el padre Gonzalo indico a los asistentes la importancia de saber acompañar a quienes sufren, “por favor no les sermoneen, no sermoneen, escuchen. La gente hoy en día está muy necesitada de que les escuchen”. En sus palabras, el padre Gonzalo enfatizo lo esencial de vivir el ministerio extraordinario como un servicio de acogida a todos, ofreció a los asistentes una breve reflexión: “En mi debilidad soy fuerte y en mi fortaleza soy débil. En mi debilidad busco a Dios, quien es mi fortaleza y me hace fuerte, mientras que en mi fortaleza confió en mis propias fuerzas que siempre serán insuficientes”.

Los asistentes tuvieron un tiempo para trabajar en grupos y compartir sus experiencias en su servicio, así como las necesidades formativas que sienten y anhelan. Aunque el tiempo fue breve, fue común escuchar en todos los grupos el deseo de mayores oportunidades de compartir y encontrarse, así como de formación para saber acompañar en el dolor, la contención ante la muerte de los visitados y formación bíblica y litúrgica para el ministerio.

El siguiente momento del encuentro estuvo a cargo de la doctora María José Puga, Medico Jefe de la Unidad de Alivio del Dolor y de Cuidados Paliativos del Hospital Base Valdivia, quien abordó de manera pedagógica el cómo acompañar a quienes se encuentran próximos a la muerte. Invitando a una profunda reflexión sobre el sentido de la muerte en diversas culturas y entornos, la doctora fue indicando la importancia de la escucha y el acompañamiento.

Ya finalizando la jornada, el padre Nelson Huaiquimil, Vicario General de la Diócesis de Valdivia, invito a todos los presentes a participar de la Adoración al Santísimo, para contemplar al Señor presente en la Eucaristía, centro de la vocación del MEC, quienes deben hacer de su vida una constante adoración y contemplación de Cristo Eucarístico.


Diseñado y administrado Juan Latorre.