Hablemos de Eutanasia

En el pasado Miércoles de Encuentro se abordó el tema de la eutanasia y el buen morir, acompañados por el religioso idente Ángel Rodríguez Guerro, quien ante una concurrida asistencia profundizó y fue señalando cuestione fundamentales al momento de hablar de eutanasia.

El pasado 31 de julio se llevó a cabo un nuevo Miércoles de Encuentro, actividad organizada por la Casa de Formación San Lorenzo, en colaboración con la comunidad de profesionales jóvenes de la diócesis. En esta oportunidad el tema que convocó a las cerca de 100 personas reunidas, fue dialogar sobre la eutanasia.

El religioso de los misioneros identes, Ángel Rodríguez Guerro, fue quien acompañó y clarificó una serie de cuestiones en torno a la idea de eutanasia y su legislación. En su presentación, el religioso abordó el concepto de eutanasia desde su raíz etimológica, “buena muerte ”, para luego introducir a los asistentes en dos conceptos, la eutanasia activa y la eutanasia pasiva. La primera identificada generalmente como suicidio asistido o interrupción medica de la vida de un paciente. Por otro lado, la eutanasia pasiva, que se definió como el derecho a la muerte con dignidad, mediante la no aplicación o interrupción de terapias de soporte vital, sobre todo en enfermos terminales y de esta forma permitir que el paciente sucumba por la enfermedad liberándolo del “encarnizamiento o ensañamiento terapéutico”. Esto último siempre garantizando al enfermo las medidas que eviten el sufrimiento, y respetando su autonomía como paciente.

En su presentación el religioso idente fue profundizando en otros aspectos relevantes, como la importancia de los cuidados paliativos y su poco desarrollo en nuestro país, así como en la humanización de los funcionarios médicos quienes muchas veces solo ven “carne, nervios y sangre” y no al rostro humano tras el paciente. En esta misma línea invitó a reflexionar sobre una idea “¿queremos prolongar la vida o prolongar la muerte?”, esto referido a que muchas veces lo que se hace es prolongar la agonía y el sufrimiento de pacientes “esclavizándolos al encarnizamiento terapéutico”.

La clave de este encuentro fue la dignidad humana, que no está asociada ni a una buena salud, ni a una buena imagen física, sino al hecho ontológico de que todo ser humano es digno y por tanto merece una vida y muerte digna, sin dolores innecesarios, sin padecimientos emergidos por el deseo de prolongar una vida que medicamente no tiene retorno a partir de enfermedades. En este sentido, antes de hablar de eutanasia, debemos informarnos, estudiar y aprender a distinguir que no todo es blanco o negro. 

¿Qué es el encarnizamiento terapéutico?

Así como existe la eutanasia activa, suicidio asistido, existe otra problemática menos mediatizada y abordada, pero igual de urgente, este es el encarnizamiento terapéutico. Esté ocurre cuando teniendo claridad del estado irreversible de la enfermedad y habiendo agotado todos los tratamientos, se insiste en someter al paciente a terapias nuevas que no garantizan más que la posibilidad de extender brevemente la vida “y desde ese momento ya no se está pensando en ese paciente, se está pensando en experimentar con el paciente, otro es el hospital que desea cobrar más por esos 4 o 5 días , y en otros casos es la familia que no quiere que se muera nunca su pariente, pero lo cierto es que a partir de ese instante que llamamos encarnizamiento terapéutico ya no se está pensando en el paciente, sino que se está pensando en otra cosa”, señalo el religioso idente.


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