Declaración del Obispado de Valdivia respecto a lo ocurrido en el Templo San Francisco

Ante las situaciones que estamos viviendo como país, y, dentro de ella los destrozos sufridos en el Templo San Francisco, patrimonio del sur de Chile y de Valdivia, declaramos:

1.- Hemos estado unimos a las búsquedas legítimas que tantos conciudadanos estamos realizando a lo largo de Chile en búsqueda de la Justicia y la Paz,  en nuestra región y ciudad, hay hermosas manifestaciones que nos deben llenar de esperanza.

2.- Rechazamos las muertes, los heridos de distinta índole, nos estremece el ver tantos hermanos y hermanas que han perdido la vista, menores de edad, jóvenes, adultos, miembros de las fuerzas armadas y de orden que han sido violentados, personas que han sufrido destrozos en sus lugares de trabajo, nuestras comunidades originarias, pescadores, campesinos, pequeños emprendedores, empresarios, etc., que de uno u otro modo han sufrido a lo largo de la historia distintas formas de violencia.

3.- Sumado a lo anterior, lamentamos profundamente  el destrozo que ha sufrido el Templo San Francisco de Valdivia, sabemos que lo más importante en cualquier situación siempre son las personas, ante ello señalar que ahí viven cinco hermanos dehonianos, personas consagradas al servicio de la comunidad. Ellos se encuentran bien, pero sí con el estado natural de impotencia y dolor. Lamentamos que se haya entrado al Templo y profanado el Santísimo, destruido imágenes, el destrozo en muebles y daño general a este espacio patrimonial, ese espacio nos pertenece a todos los valdivianos, y juntos hemos de cuidarlo. Agradecemos a las personas que han ayudado a custodiar, limpiar el Templo y personas de buena voluntad que rechazan todo tipo de violencia, conscientes de que allí opera un comedor solidario y es un espacio propio de Valdivia.

4.- Además de esto, queremos señalar que solidarizamos con todos aquellos que a lo largo de la historia han  sido despojados y sufrido distintos destrozos en su dignidad y desarrollo integral como personas o grupos, que han sido fruto de tantas injusticias y cuyo grito ahora también clama al cielo, y estamos convencidos que “¡El fruto propio de la justicia es la paz!” (cfr. Is. 32, 17).

5.- Finalmente, invitamos a todos a unirnos en oración y en la búsqueda del bien, oremos por todos aquellos que se han sentido violentados y quienes causan violencia de distinta índole, miremos juntos nuestros espacios y mirémonos unos a otros no como enemigos, sino como aquellos que son capaces de construir juntos la familia humana que todos esperamos.

En nombre de la diócesis de Valdivia, y en representación nuestro Administrador Apostólico R.P. Gonzalo Espina, les anima y bendice su hermano.

 

Pbro. Nelson R. Huaiquimil

 Vicario General


Diseñado y administrado Juan Latorre.