marzo 14, 2024 – Noticias
Día de la Mujer, emotiva liturgia.

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La Capilla y Comunidad San Judas Tadeo, de Las Animas en Valdivia, se transformó esta tarde en un pequeño Cenáculo, Testigo de la Conmemoración del Día Internacional de La Mujer, que acogió a una iglesia viva, celebrativa, festiva, acogedora, sororal, fraterna, participativa, redárquica (horizontal) de relaciones humanas que se enriquecen mutuamente al alero de la Palabra y en la reciprocidad del varón y la mujer.

Fue una Liturgia de la Palabra guiada por el equipo de la Pastoral de la Mujer de la Diócesis de Valdivia, animada en el canto litúrgico por el Grupo Encuentro de Jóvenes y participada en forma alegre y festiva por todas y todos los asistentes, que elevó el clamor hecho perdón y la Memoria.

Perdón por las mujeres que abogan por su dignidad y derechos, que sufren discriminación e injusticia, violencia, pobreza y maltrato, y Memoria Agradecida por la valentía y lucha incansable de tantas mujeres que a lo largo de la historia han abrazado y abrazan los ideales del Reino de Jesús, transformándose en pregoneras de la dignidad humana, de la justicia, de la igualdad y equidad, para construir en conjunto con el varón un mundo, una sociedad y una iglesia más semejante a la que vio y creó el mismo Dios.

Con silencio-orante se escuchó la Palabra "amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas... Y amarás a tu prójimo como a ti mismo" con la desafiante invitación de Jesús, cuyos ecos se escucharon a través de una activa homilía compartida de las y los asistentes.

El encuentro fue la expresión de una Iglesia que hace realidad la Sinodalidad en la práctica cotidiana del quehacer humano, expresado en dos signos llevados al altar al momento del Ofertorio.

Los ZAPATOS, signo de vitalidad, empuje y gozo en nuestro diario vivir... Testigos de nuestro caminar con aciertos, desaciertos, cansancio, búsqueda de justicia, luchas, vida y esperanza; signo de bailes, encuentro y senderos recorridos...

LA IMAGEN DE UN CORAZÓN SOSTENIDO POR UN PAR DE MANOS, manos de mujeres cuidadoras, manos de varones, de jóvenes y niños, que fueron llevados al altar con el compromiso de los presentes -con sus manos alzadas- del cuidado integral de la naturaleza y de las personas, entendiendo que la responsabilidad de construir un mundo mejor es de todas y todos.

Esta ofrenda se unió al corazón dispuesto a abrazar el desafío de peregrinar en comunión, con el gozo de recibir a Jesús sacramentado gracias a la Vocación y Misión de Mujeres Ministras de Comunión que sirven en la Diócesis.

Este fue un nuevo hito de la Pastoral de la Mujer, con un equipo que este año se ve enriquecido con nuevas integrantes, y con su apuesta vivificada de hacer presente el Reino en la Comunidad Valdiviana y sus alrededores. Así fue destacado al inicio de la Liturgia al hacer Memoria Agradecida por la historia viva de 18 años de caminar y misión de la Pastoral de la Mujer, peregrinados entre sueños y esperanzas, con rostros de mujeres y hombres que han creído, apoyado y desafiado esta presencia evangelizadora de la mujer en la Iglesia y en la Región de Los Ríos.

 

(texto y fotografías  enviadas  por la Pastoral de la Mujer, Iglesia de Valdivia)

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