Presidente de la Conferencia Episcopal, afirma que la crisis de la Iglesia en Chile no es solo del episcopado, ni tampoco una crisis referida solo a manipulación de conciencia o a abusos sexuales. Y profundiza en los temas de fondo que, a su juicio, explican la actual situación, y enumera algunos desafíos particulares.
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La crisis de la Iglesia no es solo del episcopado, ni tampoco una crisis referida solo a manipulación de conciencia o a abusos sexuales, sostiene el presidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Santiago Silva, en su editorial de www.iglesia.cl publicada este lunes 16 de abril.
A juicio del obispo castrense, el núcleo de la crisis es "el progresivo deshacimiento –a todo nivel– del tejido discipular y eclesial y, a la vez, la falta de capacidad como Iglesia de dialogar con los nuevos contextos culturales y sus desafíos antropológicos y sociales. No son realidades inconexas. Una afecta a la otra, y ambas configuran la situación crítica de hoy".
De esta manera el obispo aborda el impacto que ha tenido en los obispos y en la Iglesia, el conocimiento de la carta que les ha dirigido del papa Francisco, en la que los convoca a Roma. La misiva la conocieron en la reciente asamblea plenaria, en Punta de Tralca, reunión que define como "un encuentro en medio de una fuerte tormenta".
"La tormenta nos llegó de un corazón traspasado de sinceridad y dolor, el del Papa. Él nos confesó su sufrimiento por el dolor de las víctimas de abusos de conciencia y abusos sexuales en Chile por parte de consagrados. Nos remeció porque él, el Vicario de Cristo, pide perdón por haber incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción", señala el obispo.
Añade Mons. Santiago Silva que "esta situación nos avergüenza, nuestro dolor es grande y pedimos de nuevo perdón de corazón, más aún cuando la Iglesia tiene por vocación ser un espacio sano y seguro para niños y jóvenes. Nos comprometemos en hacer lo imposible por acompañar a las víctimas, reparar el daño causado y prevenir estas situaciones".
Para el Presidente de la Conferencia Episcopal, "lo peor sería rumiar la desolación. La resurrección del Señor nos invita a mirar adelante sin dejar de lado la condición de Iglesia herida. Ambas, heridas y vida nueva del Resucitado, serán el aliciente para –con audacia evangélica– alentar un camino de renovación discipular y eclesial de cara a un mundo al que pertenecemos".
A su juicio, la renovación tiene que poner en el centro el encuentro vital y comunitario con el Resucitado. "Él nos abre a la misericordia del Padre y nos da su Espíritu para animar procesos permanentes de conversión personal y pastoral. Y desde esta fuente, la ruta de renovación tendrá que considerar aquello que desafía nuestro estilo de ser Iglesia hoy y nuestra labor de evangelizar".
Algunos desafíos particulares
Explica Mons. Santiago Silva que para ser una «Iglesia en salida» "tendremos que hacernos cargo de la comunión eclesial y la comunicación de la fe; de nuestra cercanía y empatía de ministros de Cristo con el hombre y la mujer de hoy; del compromiso afectivo y efectivo con el dolor y la pobreza, puesto que Jesucristo nos quiere una Iglesia pobre para los pobres; de la capacidad de incorporar como protagonistas en la Iglesia a los laicos, las mujeres, los jóvenes y los ancianos; de la renovación de las estructuras eclesiales para que transmitan la vitalidad de Cristo; de la disminución progresiva de las vocaciones, de la formación en los seminarios y noviciados, particularmente su dimensión afectiva y relacional, y de la formación permanente de obispos, sacerdotes y religiosos/as. Y por supuesto, de cómo responder cada vez mejor a los abusos de autoridad, a los abusos de menores y a la prevención de ambos".
Concluye manifestando Mons. Silva que "la crisis no la resolveremos sólo los obispos. Es labor del Pueblo de Dios, y de los obispos en cuanto miembros del Pueblo de Dios. De aquí la indispensable participación de éste en todo el proceso de renovación discipular y eclesial".
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Fuente: Prensa CECh
Extraído de www.iglesia.cl
Tras conocer el informe de Mons. Charles Scicluna, el Pontífice convocó a los obispos a Roma para dialogar sobre sus conclusiones. Reconoció que él ha incurrido “en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación especialmente por falta de información veraz y equilibrada”. Pidió perdón a los ofendidos y lo hará personalmente con representantes de las personas entrevistadas por Mons. Scicluna y su colaborador el P. Bertomeu.
A través de una carta dirigida a los Obispos de la Conferencia Episcopal del Chile, el Papa Francisco da cuenta de su honda impresión tras haber recibido el informe realizado por Mons. Charles Scicluna , arzobispo de Malta, Presidente del Colegio para el examen de los recursos (en materia de delitos más graves) en la Congregación para la Doctrina de la Fe, y Mons. Jordi Bertomeu, oficial de dicha Congregación, luego del proceso de escucha realizado en Nueva York y en Santiago durante el mes de febrero.
En este documento el Pontífice señala que, luego de una lectura pausada de las actas de este proceso de escucha, “creo poder afirmar que todos los testimonios recogidos en ellas hablan de un modo descarnado, sin aditivos ni edulcorantes, de muchas vidas crucificadas y les confieso que ello me causa dolor y vergüenza”.
En la misiva, el Santo Padre se dirige al plenario de obispos de la CECh para invitarlos a trabajar juntos, en restablecer la confianza en la Iglesia chilena: “escribo a ustedes, reunidos en la 115ª asamblea plenaria, para solicitar humildemente vuestra colaboración y asistencia en las medidas que a corto, medio y largo plazo deberán ser adoptadas para restablecer la comunión eclesial en Chile, con el objetivo de reparar en lo posible el escándalo y restablecer la justicia”. Para estos fines, el Papa ha convocado a los Obispos chilenos a Roma, para “dialogar sobre las conclusiones de la mencionada visita y mis conclusiones”.
En el texto, Francisco también reconoce que ha “incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada”. El Santo Padre, además, pide perdón a todas aquellas personas que ofendió y anuncia que se reunirá con representantes de las personas entrevistadas por quienes condujeron el proceso de escucha confiado.
En conversación con la prensa
El presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, monseñor Santiago Silva, luego ser difundida esta carta, señaló que el Episcopado comparte el dolor del Papa Francisco: “No hemos hecho todo lo suficiente”, afirmó. Así mismo, manifestó que “nuestro compromiso es que esto no se vuelva a repetir”.
En relación a la alusión hecha por el Santo Padre a la mala información recibida, Mons. Silva señaló su certeza de que estas no tuvieron como fuente el Episcopado chileno.
El presidente de la CECh confirmó la asistencia de la totalidad de los obispos al encuentro convocado por el Santo Padre, el que tendrá lugar en Roma, la tercera semana de mayo.
Fuente: Prensa CECh
Obispos reconocieron haber fallado a su deber de pastores en los casos de abuso sexual a menores y dieron a conocer decisiones y compromisos de corto y mediano plazo para alcanzar verdad, justicia y reparación a las víctimas.
Los obispos de la Conferencia Episcopal de Chile reconocieron "humildemente que hemos fallado a nuestro deber de pastores al no escuchar, creer, atender o acompañar a las víctimas de graves pecados e injusticias cometidas por sacerdotes y religiosos. A veces no reaccionamos a tiempo ante los dolorosos abusos sexuales, de poder y de autoridad y, por ello, pedimos perdón en primer lugar a las víctimas y sobrevivientes".
El presidente de la Conferencia, Mons. Santiago Silva, junto al secretario general, Mons. Fernando Ramos, dieron a conocer el texto de la declaración conclusiva de la 116ª asamblea plenaria extraordinaria del Episcopado, que se realizó entre el 30 de julio y el 3 de agosto en Punta de Tralca. Asamblea convocada para abordar la situación que vive la Iglesia Católica en el país, particularmente a raíz de los graves casos de abuso cometidos por personal consagrado.
En los últimos tres días de la asamblea participaron, además de los obispos, los vicarios de Pastoral de las diócesis, directivos de CONFERRE y congregaciones religiosas, diáconos, laicas y laicos colaboradores en los servicios nacionales del Episcopado.
"No siempre supimos acoger"
En la declaración, los obispos expresaron también su arrepentimiento "ante quienes han acompañado a las víctimas, a sus familias, a quienes han realizado responsablemente esfuerzos por buscar la verdad, la justicia, la reparación y la purificación, y a los cientos de consagrados y laicos que diariamente dan testimonio del amor, la misericordia y la redención de Cristo y que se ven afectados en su ministerio por causa de los errores, pecados y delitos cometidos. En especial, reconocemos que no siempre supimos acoger en todas las instancias eclesiales las orientaciones del Consejo Nacional de Prevención para abordar oportunamente los casos de abuso sexual. Nuestras faltas u omisiones han causado dolor y perplejidad, han afectado la comunión eclesial y han dificultado la conversión y minado la esperanza".
Los pastores consideran que de ningún modo han querido causar ni agravar el daño producido, "pero, mirado en una perspectiva del tiempo, algunos de nosotros pudimos ser más activos y atentos al dolor sufrido por las víctimas, familiares y la comunidad eclesial".
A partir del discernimiento realizado estos días, los obispos dieron a conocer ldecisiones y compromisos.
Decisiones adoptadas
1. Se incluirá un Anexo a las Líneas Guía “Cuidado y Esperanza”, norma que rige a todas las diócesis del país, relativo a la plena voluntad de colaborar con el Ministerio Público en la entrega de los antecedentes sobre abuso sexual a menores de edad, resguardando los nombres de denunciantes y víctimas que expresamente soliciten reserva de su identidad. El texto de dicho anexo se dará a conocer apenas se formalice el acuerdo de colaboración con la Fiscalía Nacional que trabaja un equipo jurídico en representación de la Conferencia Episcopal de Chile.
2. A contar de hoy, darán a conocer públicamente toda investigación previa sobre presunto abuso sexual de menores de edad realizada en nuestras jurisdicciones. Lo mismo solicitamos a los superiores de congregaciones religiosas.
3. Se nombra a la abogada Ana María Celis Brunet Presidenta del Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento de Víctimas.
4. Se a aprueban nuevas atribuciones y competencias al Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento de Víctimas:
a. En adelante dará seguimiento a la implementación de las Líneas Guía “Cuidado y Esperanza” en las diócesis, tanto en la recepción de denuncias, el acompañamiento a víctimas, en las medidas de prevención y la adecuada formación de los agentes pastorales.
b. Recabará información actualizada sobre la cantidad de investigaciones previas y procesos penales en curso en nuestro país.
c. Se crea un Departamento de Prevención de Abusos para ejecutar las orientaciones del Consejo Nacional. Su directora ejecutiva será Pilar Ramírez Rodríguez.
d. Se faculta a dicho Departamento para recibir denuncias sobre abusos conforme la normativa canónica, facultad que no anula ni suprime las instancias propias de las diócesis e institutos de vida consagrada.
e. En el sitio web del Consejo www.iglesia.cl/prevenirabusos se repondrán los nombres de clérigos con sentencias definitivas civiles y canónicas por abuso de menores de edad.
Compromisos asumidos
1. Los obispos se comprometen "a incrementar nuestra disponibilidad para encontrarnos personalmente, cada obispo, con víctimas de abusos cometidos por clérigos de nuestras jurisdicciones que estén dispuestas a hacerlo, para acogerles, escucharles y ponernos, junto a nuestros equipos de acogida, a su disposición para todo cuanto ayude a sanar las heridas. Este mismo signo solicitamos a los superiores de institutos de vida consagrada".
2. Considerando que el reconocimiento, la verdad y la justicia son siempre los primeros pasos hacia la reparación, se comprometen "con la ayuda del Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento de Víctimas, a buscar criterios comunes en los procesos de reparación hacia las víctimas de abuso".
3. Se comprometen "a seguir promoviendo la formación permanente en prevención de abusos de todo el personal consagrado y agentes pastorales de las diócesis, y la acreditación de formadores. Esto mismo estamos solicitando a los institutos de vida consagrada y, particularmente, a los responsables de las instancias educativas de la Iglesia".
4. Se comprometen "a elaborar e implementar un protocolo de buen trato que buscará fomentar relaciones basadas en el respeto por la dignidad de la persona, en ambientes parroquiales, comunitarios y educativos, especialmente dirigido a quienes ejercen cargos de autoridad, responsabilidades directivas y a quienes atienden a personas. Asimismo, elaboraremos un código de comportamiento para los ministros ordenados. Ambos instrumentos se darán a conocer en abril de 2019".
5. Acogiendo el llamado del Papa Francisco, los obispos se comprometen "a promover intensamente la participación de laicos y laicas en instancias eclesiales generando ambientes de sinceridad, franqueza y crítica constructiva junto a los consagrados, en una experiencia comunitaria como “pueblo de Dios”.
6. Se comprometen también a "hacer una mirada autocrítica de los aspectos estructurales de nuestras diócesis que permitieron la ocurrencia y perpetuación del abuso en la iglesia para que estos hechos nunca más se vuelvan a repetir. En este contexto, impulsaremos la renovación permanente en los consejos y equipos de gestión y conducción pastoral a nivel diocesano y parroquial con especial acento en la participación de la mujer, sobre todo en las instancias de toma de decisiones".
Valoración de estudiar plazos de prescripción
Los obispos valoran "la voluntad de estudiar los plazos de prescripción legal de los diversos delitos de abuso sexual de menores contenidos en la legislación estatal, de manera que el paso del tiempo no inhiba la posibilidad de sancionar tales ilícitos y de proceder a los procesos de reparación en sus diversos aspectos".
Y añaden: "Sabemos que las decisiones y compromisos a corto y mediano plazo que hoy hemos anunciado, no solucionan, por sí solos, el dramático flagelo del abuso en nuestra Iglesia, y las complejas causas y raíces del mismo".
Enmendar, perfeccionar y dar garantías
Los obispos consideran que a cada pastor y superior religioso "corresponde enmendar, perfeccionar y dar las adecuadas garantías, respecto de sus jurisdicciones. A todos los bautizados y bautizadas que conformamos el pueblo de Dios nos corresponde ejercer nuestra corresponsabilidad en la misión de la Iglesia, con una actitud adulta y crítica en la construcción del tejido comunitario".
Del mismo modo, estiman que "las instancias del Estado, judiciales, políticas y sociales, están también llamadas a cumplir, desde cada uno de sus ámbitos, la misión de velar por el cuidado de niños, niñas y adolescentes y de buscar legislaciones más adecuadas para castigar el abuso y promover su prevención. Desde la Iglesia, cuentan con toda nuestra disposición".
Finalmente, expresan su "cercanía a todos los hombres y mujeres laicos, religiosas y religiosos, diáconos y sacerdotes que viven la conmoción por estos graves y contradictorios episodios y, desde el sufrimiento compartido, no han dejado de anunciar su fe en Cristo ni de servir a los demás en la comunión de la Iglesia".
Concluye la declaración encomendando os estos propósitos a la Virgen María "que, aun con el sufrimiento junto a su Hijo crucificado, supo acompañar a los discípulos y reanimarlos en la esperanza y en la certeza de que Cristo Resucitado es el centro de nuestra vida y la fuente de nuestra misión".
Para leer la declaración completa haga clik en el siguiente enlace:
- Declaración, Decisiones y Compromisos de los Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile
Fuente: Prensa CECh
Extraído de www.iglesia.cl
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