Adolfo Gutiérrez: “los que permanecemos en la Iglesia somos los valientes”
El pasado sábado 16 de junio, en la Casa Pastoral de Picarte (a un costado de la parroquia Sagrado Corazón) se realizó un encuentro de Infancia Misionera, que contó con la presencia de Adolfo Gutiérrez, miembro del equipo de formación de las Obras Misionales Pontificias y Francisca Barrientos, miembro del equipo de formación de las Obras Misionales Pontificias y Secretaria General de la Infancia Misionera.
El encuentro consistió de tres etapas, como se hace en todo Chile y en todo el Mundo, porque la Infancia Misionera es una obra Universal y que tiene los estatutos del Vaticano para que funcione en todos los países.
Según relató Adolfo Gutiérrez, “empezamos con la primera de estas tres etapas; tocamos temas como conceptos básicos de la Iglesia, del cristianismo, de lo que es la Infancia Misionera y lo más importante es cómo trabajar en Infancia Misionera y la metodología que se usa y que consta de cuatro pasos. Se pasa en cuatro temas, uno de catequesis, otro de espiritualidad, de proyección que es la parte misionera propiamente tal y terminando con una cuarta semana que es la etapa de vida de grupo” dijo Gutiérrez.
El mismo Gutiérrez confesó estar contento con el resultado del encuentro, porque “nosotros tenemos el placer de visitar muchos grupos de Infancia Misionera. Uno siempre se hace una perspectiva de cómo será el grupo. Yo a Valdivia he venido, pero he venido de vacaciones, no había venido a un curso de formación” sentenció.
Para terminar, Gutiérrez quiso hacer un reconocimiento a la infancia y juventud de nuestra diócesis, al agradecer así: “Estamos pasando por una crisis, donde los que permanecemos en la Iglesia somos los valientes y eso les decía yo, que los encuentro valientes de querer seguir poniéndose la camiseta por la Iglesia Católica y participar activamente un sábado en que podrían haber estado todos durmiendo y descansando de la semana” finalizó.
Al menos 46 jóvenes se reunieron para disponerse a buscar o reforzar su propia vocación, ya sea en el matrimonio, o la vida consagrada, pero siempre con un sentido cristiano
El pasado domingo 27 de mayo se vivió en Valdivia una Jornada Vocacional Ampliada, donde hombres y mujeres de entre 15 a 20 años vivieron un momento especial para poder pensar en sus dudas e inquietudes vocacionales, a la que asistieron más de 40 jóvenes.
En la jornada recibieron testimonios de matrimonios, jóvenes profesionales, laicos comprometidos y fueron así profundizando la importancia de la vocación cristiana, entendiéndola como el llamado que nos hace Dios para alcanzar la plenitud de nuestra vida terrenal.
Leonardo Aguilera, integrante de la comunidad de la parroquia Sagrado Corazón, presentó a los jóvenes un tema que abordo la persona de Jesús, como una Persona alcanzable y a la vez la Luz que necesitamos para poder dilucidar lo que Dios quiere de nuestra vida.
Para el Padre Carlos Martínez, encargado de la Pastoral Vocacional, el encuentro le dejó “un sentimiento de alegría, de esperanza, y de optimismo, porque lo estábamos preparando por mucho tiempo y nos pilla en un momento eclesial complicado”. Sobre la asistencia, el presbítero expreso que el alto número de jóvenes dejó sorprendido al equipo, sobre todo por lo acontecido en la Iglesia este último tiempo, esta gran asistencia de participantes un día domingo solo se puede atribuir a la obra del Espíritu Santo que sigue actuando en nuestra Iglesia.
La jornada comenzó a las 10:00 horas en la Casa Diocesana de Ejercicios Zenta Meyer, y se desarrolló hasta las 16:00 horas en que los participantes vivieron una Eucaristía. La jornada contó con la visita de nuestro Administrador Apostólico, r.p. Gonzalo Espina, quien aprovecho la oportunidad para almorzar con los convocados a este encuentro.
La Pastoral Vocacional de nuestra diócesis, viene reuniéndose y trabajando desde hace ya varios meses, continuando un proceso largo de reflexión para fomentar y acompañar en procesos de discernimiento vocacional. Por el éxito de este encuentro, no se descarta realizar futuras instancias similares, o más específicas a diferentes búsquedas vocacionales, durante este año.
En la jornada se dieron testimonios de inmigrantes en Chile y además se trataron temas de actualidad de nuestra Iglesia, incluidos los escándalos de corrupción y distintos tipos de abusos.
El pasado sábado 26 de mayo se vivió el Encuentro Decanal de Jóvenes de Confirmación, del decanato San Antonio Abad. Bajo el motivo “Iglesia en acogida: fui extranjero y me recibiste”, 34 jóvenes en proceso de preparación para recibir el sacramento de la Confirmación se congregaron en la parroquia Cristo Rey, a las 15 horas.
Participaron de esta jornada los jóvenes de las parroquias Sagrado Corazón, Santa Inés, Cristo Rey y del Instituto Inmaculada Concepción de Valdivia. La actividad fue acompañada por el presbítero Pedro Gil, asesor de la Pastoral Juvenil Diocesana y la Pastoral de Educación Superior, junto con Álvaro Martínez, Hilda Scherwter y Fabián López.
En este encuentro, dos hermanos inmigrantes dieron su testimonio sobre las experiencias de vida en nuestro país. Luis Enrique Morales, hermano proveniente de Venezuela, contó sobre la acogida que tuvo por parte de la comunidad de la parroquia Sagrado Corazón, mientras que Iván Rojas, hermano proveniente de Colombia, entregó su experiencia como católico en su patria natal comparada con la que vive en Chile, invitando a los jóvenes a “hacerse partícipe y no quedarse en silencio, pues lo que la Iglesia necesita son jóvenes”.
También habló David Espinoza Moraga, integrante de la pastoral migrante, quien presentó el proyecto de la casa de acogida para migrantes que está levantando nuestra diócesis, junto a la nueva oficina de atención que pronto se inaugurará en el Obispado de Valdivia. Instó a la juventud a ser respetuosos y a acoger a los hermanos migrantes, promoviendo acciones concretas y cristianas de solidaridad para con todas las personas, especialmente con las más vulneradas.
Otra actividad que se realizó en la jornada fue el presentar, varios titulares noticiosos sobre la contingencia de nuestra Iglesia, tanto chilena como universal, donde se trabajó en grupos a través de preguntas de reflexión abordando temas como abusos, robos de dinero y otros escándalos que nos han azotado en el último tiempo.
Finalmente, a través del plenario, los y las participantes demostraron la claridad con que ven el presente de nuestra Iglesia, junto con el deseo de ser los protagonistas de los cambios que esta necesita. Se instó a los jóvenes a no sentirse el futuro de la Iglesia, sino saber que son el presente, y que su participación es fundamental.
La jornada finalizó con una oración esperando que los frutos recogidos en palabras y testimonio se conviertan en acción para el devenir de nuestra Iglesia.
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