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Hermanas y hermanos: En este día en que se conmemora el Día Internacional de la Mujer deseo saludar muy especialmente a las mujeres de nuestra Diócesis de Valdivia y de la Región de Los Ríos.

El Evangelio que hemos escuchado nos da luces respecto a lo que se conmemora en este día, la lucha de siglos de la mujer por la reivindicación de sus derechos y el reconocimiento a su dignidad plena que le fue conferida por el mismo Creador, cuando la creó a su imagen y semejanza en igualdad con el varón.

El tema del Día Internacional de la Mujer de este año "pensemos en igualdad, construyamos con inteligencia, innovemos para el cambio", nos plantea un gran desafío para la sociedad y, sin duda, para nosotros como Iglesia.

En Dios quisiéramos recuperar nuestra esencia primera, creadas y creados por amor, el Creador nos hizo para amar y ser amados con igual dignidad, con igualdad de derechos y deberes, con las mismas oportunidades para realizarnos como persona… Esta es una verdad que hemos de gritar “a todo pulmón”, como dice el Profeta Isaías, pues este es el verdadero ayuno que quiere el Señor.

Él espera de la sociedad y más aún de la Iglesia, gestos concretos de igualdad e innovación para una real valoración de la mujer. Él espera que soltemos “las cadenas injustas” que nos hemos autoimpuesto en la relación entre varones y mujeres, pues solo entonces -dice el Señor- “surgirá tu luz como la aurora y enseguida se curarán tus heridas”.

El Evangelio nos da la clave para recuperar ese soplo creador de Dios en sus inicios y poder vivir lo mejor de la mujer y del varón “por Cristo, con Él y en Él”, como oramos en cada Eucaristía. El aporte, trabajo y servicio de la mujer en la Iglesia es innegable. Ustedes mujeres, saben del gozo y de la alegría que se experimenta al caminar con Jesucristo y vivir diariamente el compromiso desafiante de hacer presente el Reino. Su servicio y liderazgo en la Iglesia diocesana reflejado en las Comunidades, Movimientos, Pastorales, nos interpela a examinar nuestras estructuras y a buscar en conjunto, caminos más acordes a los signos de los tiempos para crecer en igualdad.

Este y otros desafíos están expuestos en un Documento de Trabajo elaborado por las 140 participantes que dieron vida al Primer Encuentro Diocesano de Mujeres Líderes, realizado a fines de septiembre del año pasado, y que fue convocado por la Pastoral de la Mujer que hoy guía esta Eucaristía junto a un equipo de mujeres líderes que sirven tanto al interior de la Iglesia como en diversos ámbitos de la sociedad valdiviana.

En el Año de la Evangelización de la Cultura, como Pueblo de Dios inmerso en la sociedad, debemos dejarnos interpelar y evangelizar por la cultura que clama mayor dignidad y justicia para con la mujer. Es un desafío hoy para nuestra Iglesia estar presente junto a los movimientos de mujeres que han surgido como “grito de pulmón” en medio de la sociedad; es un clamor que debemos acompañar, escuchar y de manera corresponsable conocer para aportar desde el discernimiento lo que nos es propio, con la Gracia del Espíritu.

Esta conmemoración del Día Internacional de la Mujer la vivimos en pleno Tiempo de Cuaresma que hemos iniciado con el Miércoles de Ceniza. Es un tiempo para contemplar a Jesús que hoy como ayer se encarna en el seno de María, una mujer adolescente.

Es el Cristo de Belén, hijo de María de Nazaret y de José el carpintero, que hoy está presente y navega en Los Ríos y en la Diócesis de Valdivia Nuestra Señora del Rosario, invitándonos a ser las discípulas y discípulos que, encantados por la alegría y el servicio a los hermanos y hermanas, apuestan por seguir haciendo presente el Reino de Dios y su justicia, desde el apoyo mutuo para hacer posible la necesaria igualdad entre varones y mujeres. Entonces, clamaremos al Señor y él nos responderá; pediremos ayuda y nos dirá “¡aquí estoy!”.

Que así sea.

R.P. Gonzalo Espina

Administrador Apostólico Diócesis de Valdivia


Tras 6 años de servicio en nuestra diócesis, la religiosa deja nuestra Iglesia local para sumarse a sus hermanas en Santiago sirviendo en la comuna de la Florida.

La hermana Ana María Coccoli, religiosa perteneciente a las Hermanas de la Sagrada Familia de Spoleto, deja la parroquia Nuestra Señora del Tránsito, en Corral, para partir rumbo a Santiago y servir con gran dedicación y amor cristiano a nuevas hermanas y hermanos.

El proyecto al que se suma la hermana Ana María es al Centro de Formación Familiar, en la comuna de La Florida, en Santiago, iniciativa que apoya de diversas maneras a mujeres y familias a través de consejería, terapias y asesorías. Este centro se encuentra en otras comunas de la capital prestando un valioso servicio tantas personas sin los recursos para acceder a este tipo de atención y acompañamiento.

La hermana Ana María sembró muchas amistades y  recuerdos de su comunidad en Corral, donde entre muchas acciones, contribuyo fuertemente para levantar el comedor que mantiene dicha parroquia. Su sonrisa y transparencia al hablar y saludar trasmitía en nuestra diócesis la evidencia de un testimonio vivido y compartido de conocer a Cristo, algo que no dejaba indiferente a nadie.

Como Obispado de Valdivia, junto a nuestro Administrador Apostólico, reverendo padre Gonzalo Espina y al presbítero Nelson Huaiquimil, quien además de vicario General sirve como párroco de Santa Inés y visita la parroquia Nuestra Señora del Tránsito, compartimos junto a todas las funcionarias del obispado un desayuno para agradecer por los años de servicio en nuestra Iglesia local a la hermana Ana María. Estamos seguros que todo el amor y el cariño dado a las personas con que compartió en esta diócesis no será olvidado y su recuerdo vivirá en nuestras oraciones.

Hermanas de la Sagrada Familia de Spoleto

La congregación fue fundada por el sacerdote italiano Pedro Bonilli el 13 de mayo de 1888 en Trevi, Italia. Surge a raíz de la necesidad de atender un orfanato que el beato Bonilli crea en la ciudad de Trevi, por esta razón funda este instituto, originalmente bajo el derecho diocesano del Obispo de Spoleto. El 8 de marzo de 1911, el Papa Pío X eleva el instituto a congregación pontificia por medio del decretum laudatis.

Las Hermanas de la Sagrada Familia de Spoleto están presentes en nuestra diócesis desde 2005, haciéndose cargo de la parroquia Nuestra Señora del Tránsito, en la costera comuna de Corral. En este servicio la comunidad de religiosas sigue toda la catequesis y cuida de la pastoral, en ausencia de la figura permanente de un sacerdote.

La congregación permanece en nuestra diócesis y quedamos a la espera de una nueva hermana que pronto acompañara a la hermana Elsa y a la hermana Berta.

 


El pasado 2 de marzo los coordinadores de las diferentes unidades pastorales de la diócesis de Valdivia se reunieron en un nuevo ampliado pastoral. Con esta actividad se da inicio formalmente a un nuevo año que tendrá su centro en el eje “Evangelización de la Cultura” de nuestras Orientaciones Pastorales Diocesanas.

A las 08:30 de una fría mañana de sábado, la parroquia Nuestra Señora de Lourdes daba la bienvenida a los peregrinos que iban llegando desde diversos puntos de la diócesis para vivir juntos un nuevo Ampliado Diocesanos de Pastoral. Un delicioso desayuno y el cariño de la comunidad paillaquina junto a su párroco, el presbítero Luis Gallardo, realzaban el énfasis de que este espacio es el reencuentro de hermanos y hermanas que representan a nuestra gran familia diocesana.

De acuerdo a nuestras Orientaciones Pastorales Diocesanas 2015 – 2020, tras acentuar el “Liderazgo Cristiano”, corresponde concentrar nuestras acciones pastorales principalmente en el eje “Evangelización de la Cultura”. Este eje se presenta como un enorme desafío y gran oportunidad en medio del escenario actual que vive la Iglesia en Chile.

La jornada comenzó con el presbítero Edison Díaz animando a los hermanos y hermanas reunidos en el templo parroquial. A continuación, nuestro Administrador Apostólico, el reverendo padre Gonzalo Espina, saludó a los presentes mientras iba realizando las presentaciones. Así Javier Vega asume como coordinador de la Casa Diocesana de Formación “San Lorenzo” y Michael Araya asumió como nuevo coordinador de la Pastoral Juvenil Diocesana. Además, una religiosa de las Hijas de María Auxiliadora llega a servir en el Colegio Laura Vicuña, mientras que la parroquia Preciosa Sangre recibe con alegría a un nuevo seminarista de la Congregación de los Misioneros de la Preciosa Sangre, igual que la parroquia Todos los Santos, en los Lagos, que recibe desde Bolivia a un hermano seminarista de los vicentinos.

Javier Vega abrió las presentaciones al dar cuenta de los resultados obtenidos del instrumento de evaluación aplicado el año 2018 en parroquias, colegios, movimientos y pastorales. Aunque la aplicación de la encuesta no tuvo la recepción esperada en las comunidades, cifras y reflexiones permiten obtener información con la cual programar y desarrollar nuestras acciones pastorales. Ejemplo de esto es la urgente necesidad de hacer Iglesia en real salida, en juntas de vecinos, clubes deportivos, lugares de trabajo y diversas instancias.

El reverendo padre Espina, habló sobre la importancia de discernir los signos de los tiempos y la cultura en que vivimos. Estar atentos a todo aquello que pasa en el mundo y hacernos presentes como testigos del Resucitado. Con tal objeto invitó a la asamblea a realizar un ejercicio de discernimiento personal de nuestra realidad eclesial actual y de nuestra sociedad, para luego compartir el proceso y resultado en grupos.

La Evangelización de la Cultura implica un proceso de reconversión, en que los primeros evangelizados debemos ser los cristianos. Como nos señaló Antonio Bentue en nuestra Escuela de Verano, lo primero es volver a Cristo, dejarnos convertir y reconvertir, conocerle para poder hablar de Él, y así poder dar testimonio de Él en los espacios cotidiano, a través de acciones y nuestra forma de ser, en lugar de solo palabras.

A continuación, se vivió una hermosa y significativa Eucaristía, animada por la Pastoral Diocesana de Migrantes. Cada momento de la celebración estuvo asociado a signos que daban cuenta de una Iglesia diversa culturalmente, como el son latino que nos acompañó con cantos e instrumentos propios de nuestro continente. Además, el signo de la entronización del Evangelio, a cargo de la hermana Inmaculada de las Carmelitas Misioneras Teresianas, quien junto a jóvenes de Paillaco, hizo vivir a la asamblea de un solemne momento con danza y signos que hablaban de la alegría que trae la Palabra de Dios, así como de la vida de todos aquellos que la han defendido para que la Buena Nueva siga siendo signo de Esperanza para el mundo.

Tras el almuerzo, a las 14:30 comenzó el trabajo en grupos hasta las 16:00, momento del plenario en que se fueron compartiendo las reflexiones vividas y realizadas. Llamados a una Iglesia más madura, a laicos más comprometidos y responsables era algunas de las cuestiones que se leían. La importancia de preguntarse respecto a la verticalidad de la jerarquía, de la gran presencia de mujeres en nuestras comunidades sirviendo, pero su ausencia en los lugares de toma de decisión, la corresponsabilidad de nuestra Iglesia como laicos y no ser pasivos ante el clero. Fueron parte de lo discutido. Todas estas reflexiones y conversaciones serán recogidas para elaborar un documento que regrese a los Consejos Pastorales Parroquiales, Colegios, Pastorales y Movimientos.

La jornada finalizó con la bendición de nuestro Administrador Apostólico, quien nos invitó a no callar ni guardar lo vivido ese día sábado, sino a compartirlo y trasmitirlo con la misma fuerza que se vivió a los hermanos y hermanas que no participaron de esta versión del Ampliado Diocesano de Paillaco.

Se quiere agradecer a la comunidad de la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes, de Paillaco, por todo el cariño con que reciben a la diócesis este día, con el desayuno y el almuerzo, así como con el lugar en que desarrollamos la jornada. Además agradecer a Hilda Schwerter, quien junto a Leonardo Villagran y al diacono Alejandro, animaron la jornada con canciones.

 


Diseñado y administrado Juan Latorre.